El sueño insuficiente es la causa más común de hipersomnia y puede reflejar una pobre higiene del sueño o una privación de sueño auto o socialmente impuesta. Suele ocurrir en individuos adultos con trabajos de responsabilidad que a lo largo de al menos tres meses duermen 5 horas o menos cada noche, tienen dificultad para levantarse por las mañanas y experimentan episodios de somnolencia brusca durante el día. El requerimiento de horas de sueño de un adulto se estima que es de 7 horas. Si las deudas de sueño no se reparan surgen contratiempos como trastornos del humor, cognitivos, falta de concentración, fatiga crónica, etc.
Sueño fragmentado: La calidad del sueño es tan importante como la cantidad. La continuidad del sueño es el factor más importante para que el sueño sea reparador. El sueño puede fragmentarse por periodos de vigilia obvios para el paciente y también pueden ocurrir breves despertares o fragmentaciones más ocultas que pueden pasar desapercibidas . Entre las causas del sueño fragmentado están los trastornos respiratorios y los movimientos periódicos de las piernas durante el sueño, así como enfermedades que se asocian a fragmentación del sueño: artritis, dolor crónico de cualquier naturaleza, epilepsia, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, disfunción urinaria, reflujo gastroesofágico y síndrome del colon irritable.
Para su diagnóstico debemos realizar una historia clínica completa junto con una Polisomnografía Nocturna y Test de Latencias Múltiples para descartar otros problemas neurológicos u otros trastornos del sueño.