Los Trastornos del Aprendizaje (TA) son disfunciones neurológicas específicas que comportan una falta de habilidad para realizar uno o más aprendizajes en niños pese a una instrucción convencional, nivel de inteligencia y oportunidades socioculturales adecuadas. Afectan a entre el 5% y el 15% de la población y son una de las causas más frecuentes de fracaso escolar.
Estos trastornos se incluyen dentro de los trastornos del neurodesarrollo e interfieren en el aprendizaje de habilidades académicas y/o sociales y a menudo coexisten con problemas de conducta, de estado de ánimo y/o de ansiedad.
Los trastornos del aprendizaje, si no son detectados a tiempo, no se diagnostican de manera correcta y no son tratados de forma adecuada, exponiendo al niño a repetidas experiencias fallidas. Pueden reducir la motivación por el aprendizaje y favorecer la aparición de problemas asociados que afectan la autoestima y el bienestar emocional del niño.
Cuando se da una detección temprana e intervención especial apropiada, la mayoría de los niños y adolescentes pueden superar o aprender a compensar los problemas escolares que se hayan podido presentar.