El Deterioro Cognitivo Subjetivo es una categoría diagnóstica que se encuentra a medio camino entre la normalidad y el envejecimiento patológico, y es un posible predictor de demencia en personas mayores. Las personas con deterioro subjetivo tienen la sensación de que sus funciones cognitivas se han deteriorado, pero aún presentan un rendimiento en pruebas neuropsicológicas dentro del rango normal de ejecución.
Los Potenciales Evocados Cognitivos, en especial la onda P300, valoran de forma objetiva el procesamiento cognitivo de la información. Los potenciales cognitivos presentan una alta sensibilidad para evidenciar déficits en la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento de la información. Son por ello una herramienta diagnóstica de gran utilidad para detectar de forma precoz el deterioro cognitivo, incluso cuando todavía el rendimiento en las pruebas neuropsicológicas es normal. Así mismo permiten realizar el seguimiento evolutivo de los déficits encontrados y elaborar protocolos de rehabilitación neurocognitiva específicos para cada persona.
Numerosos estudios han evidenciado recientemente las ventajas del entrenamiento de la memoria en personas mayores con deterioro cognitivo subjetivo. Se sabe que tras el entrenamiento cognitivo las personas con deterioro cognitivo subjetivo mejoran sus capacidades cognitivas y se puede retrasar el deterioro cognitivo. (Front Aging Neurosci 2018; 10: 264).
El entrenamiento de la memoria puede retrasar el deterioro cognitivo, pero para que sea más eficaz, es necesario comenzar en las etapas más iniciales de la enfermedad, cuando los síntomas evidentes aún no han comenzado a manifestarse.