La fibromialgia (FM) es una enfermedad crónica que se caracteriza por dolor generalizado, fatiga, alteraciones del sueño y trastornos emocionales como depresión y ansiedad. Todo ello influye significativamente en la salud, la calidad de vida y las actividades sociales de quien la padece. No se conocen con exactitud sus causas, pero sabemos que está relacionada con la sensibilización central, la inflamación, factores inmunológicos, endocrinos, genéticos y psicosociales.
Gracias a los avances en neurofisiología se han desarrollado nuevos abordajes no farmacológicos para el tratamiento de la fibromialgia, tales como las técnicas de estimulación cerebral no invasiva (ECNI), que incluyen la estimulación magnética transcraneal (EMT) y la estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS). Ambas técnicas han demostrado su eficacia para aliviar el dolor en diversas condiciones, como la fibromialgia, la migraña, el dolor neuropático o oncológico.
Al modular la conectividad entre las diferentes áreas cerebrales, estas intervenciones pueden reducir la hiperactividad en las vías del dolor y mejorar el control emocional y cognitivo sobre los estímulos dolorosos. Además de su capacidad para aliviar el dolor, la ECNI, tiene el potencial de mejorar la calidad de vida de los pacientes al mitigar otros síntomas, como la fatiga, los problemas de sueño, el estado anímico y las dificultades cognitivas.
¿Y cómo se realiza el tratamiento? Debe realizarse bajo supervisión médica, evaluando a cada paciente de forma individual para establecer un protocolo de tratamiento
específico.
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