Las técnicas de estimulación cerebral no invasiva han demostrado ser una innovadora y eficaz forma de tratamiento para múltiples enfermedades neurológicas y psiquiátricas, así como una estrategia en el tratamiento del dolor.
Recientemente, estas técnicas también han demostrado ser eficaces en el tratamiento de adicciones, como en el caso de pacientes con adicción al tabaco. El tabaco causa anualmente la muerte de 6 millones de personas al incrementar de forma significativa el riesgo de padecer cáncer de pulmón, bronquitis crónica y enfermedades cardiovasculares.
De entre los compuestos tóxicos que inhalamos al fumar, la nicotina es el compuesto causante del desarrollo de la adicción y la responsable de la dificultad que muchas personas tienen para dejar de fumar. Alrededor del 75 % de los fumadores han intentado dejar de fumar, pero solo un porcentaje pequeño finalmente lo consigue. De este grupo, un 90% vuelve a fumar al cabo de un año. La poderosa adicción que causa la nicotina se debe a la rapidez con la que la molécula llega a nuestro cerebro (en solo 15 segundos) y a los mecanismos que activa, ya que se encarga de activar nuestras áreas cerebrales relacionadas con el placer. La nicotina tiene la capacidad de modificar las vías neurobioquímicas y los circuitos cerebrales relacionados con la recompensa y la capacidad de autocontrol (núcleo accumbens, septum, amígdala, corteza prefrontal e hipotálamo). Esto provoca que, al dejar de fumar, la ausencia de nicotina nos produzca ansiedad, irritabilidad, dificultad para concentrarnos y un gran malestar, dificultando la deshabituación.
El tratamiento de las adicciones mediante la estimulación cerebral no invasiva va dirigido a restablecer el correcto funcionamiento del circuito cerebral de recompensa, para así reducir el deseo de consumo, devolviendo al paciente la capacidad de autocontrol y disminuyendo las recaídas durante el proceso de deshabituación del tabaco. Mediante la estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS) o la estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) conseguimos inducir cambios en la conectividad neuronal y en la plasticidad cerebral mediante la modulación de la excitabilidad de las neuronas.
En vista de los numerosos estudios que han validado la efectividad de estas terapias para dejar de fumar, en 2020, la Administración Estadunidense de Alimentos y fármacos (FDA) aprobó la estimulación magnética transcraneal como tratamiento terapéutico para la adicción al tabaco.
En conclusión, los estudios científicos recientes evidencian que las técnicas de estimulación cerebral no invasiva ayudan a reducir las ansias de consumo de tabaco durante el periodo de abstinencia, así como la cantidad de cigarrillos consumidos al día, además aumentan la probabilidad de dejar de fumar y permiten que se mantenga a largo plazo la supresión de la adicción.
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