¿Competición por dormir más? Nueva tendencia de bienestar e intención paradójica

¿Competición por dormir más? Nueva tendencia de bienestar e intención paradójica

La semana pasada aparecía en el periódico El País una noticia en relación con el sueño. Una nueva preocupación ha emergida: la competición por mejorar la eficiencia del nuestras noches.

El artículo expone la nueva tendencia de bienestar: el descanso perfecto o sleepmaxxing, cuyo objetivo es maximizar y optimizar la calidad del sueño. El sueño es una función fisiológica necesaria para nuestra supervivencia y con múltiples beneficios.

¿Qué problema puede haber en querer maximizar y optimizar nuestro sueño?

En un primer momento parecería que no tiene inconveniente querer que nuestro sueño sea de calidad. Solo hay un problema en este objetivo. El sueño es un proceso involuntario. Como se detalla en el artículo, en el momento que queremos controlar un proceso que nuestro organismo inicia de forma involuntaria, activamos sistemas contrarios a los que nos permiten conciliar el sueño. Se inicia entonces un proceso paradójico, donde queriendo dormir mejor, resulta que esa preocupación nos alerta y nos mantiene en un estado de ansiedad y vigilancia frente a la eficiencia de nuestro que, lejos de mejorar su calidad, lo disminuye. Incluso podemos entrar en un círculo de pensamiento y ansiedad ante el sueño que derive en problemas de insomnio.

¿Qué podemos hacer si nos encontramos en esta situación?

A nivel psicológico, la respuesta a esta pregunta la encontramos en la intervención en intención paradójica. La intención paradójica es una técnica empleada cuando hay problemas de insomnio. El objetivo principal es eliminar la ansiedad anticipadora que se produce cuando la persona no puede dormir. Esta ansiedad y proceso de preocupación frente al sueño es lo que se encuentra dificultando conciliar el sueño, al mantenernos en un estado de alerta, funcionando como un sistema que mantiene el problema. La intención paradójica busca provocar cambios en las actitudes y reacciones de las personas, tratando de desmontar el círculo vicioso pautando, precisamente, lo más temido.

¿Y que conseguimos, entonces, exponiéndonos? Paradójicamente, el resultado obtenido es la disminución de la ansiedad frente a la no conciliación del sueño, lo que permite que la persona se relaje y pueda, finalmente, dormirse al disminuir el estado de activación y vigilancia de su sueño.

 

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